Mi inquietud por contar historias a través de creaciones propias encendió la mecha de este proyecto en 2011, tratando de transmitir mensajes y con la intención de invitar a imaginar.
Cada Prados de Costa es fruto de una reflexión y de un compromiso personal, pues creo que son las cosas hechas con amor y delicadeza las que tienen significado y dan felicidad a nuestras vidas.